Descripción
Cuando comencé a escribir Bolleré, pensé que construía una novela sobre mi matrimonio, sobre dos seres que se amaron trágica y dolorosamente hasta la extenuación, pero luego descubrí que Bolleré era una novela que hablaba sobre mi vida de escritor. Una novela sobre cómo un seudónimo puede fundirse con el corazón de quien escribe –y por ende con el de sus lectores– hasta borrar por completo la identidad de ese hombre.
Uno es quien escribe. Algo que solo logras cuando haces del oficio de escritor una parte indisoluble de tu cotidianidad. Entonces te das cuenta de que eres un Escritor y que da igual los malabares que hagas para mantener a flote tu galeón. Te das cuenta de que escribirás en medio de tormentas y en medio de la vida toda tu vida.
Y de eso va Bolleré, una novela sobre el arte de escribir como Ikiwai; sobre las adicciones, el buen y el mal amor y la huella indestructible que la muerte deja sobre ese amor, y de cómo la literatura – sea leída o escrita–, le muestra al hombre tras el seudónimo la manera de convivir con todas sus catastróficas desdedichas.
Bolleré narra la búsqueda incesante de mejoras para sanear esas zonas oscuras y ocultas del alma, a través del proceso reflexivo que genera todo el sistema de creación y posterior edición consciente de los textos.
Me encantaría compartir una parte de mí con vosotros, darles una visión panorámica de todo mi planeta emocional preso en. el corazón de Bolleré. Pero para que esto se materialice, es necesario que compren el libro.
Un abrazo
John Madison.
Rafael Ruiz Pedregosa –
Excelente novela de John Madison, una obra que no va a dejar indiferente a quien se decida a leerla. Es admirable la valentía de John en la defensa de un estilo tan personal contra el “buen juicio” literario que impera en nuestros días. En sus páginas, tan pronto se prodiga en párrafos de una belleza poética, de una corrección gramatical envidiable, como olvida de pronto toda norma y se lanza a un discurso que, como las aguas libres de un río, saltan por encima de los diques, pasando de puntuaciones y academicismos. En algunos momentos me ha trasladado a los tiempos del Underground, recordándome a Bukowski o Ginsberg, pero con el arrojo y el romanticismo de un corazón caribeño. La historia, biográfica o no, es un descarnado relato de un poeta que se va descubriendo a través de los golpes bajos y los laberintos de una vida que no solo se vive en este mundo, sino que procede del pasado de nuestros tiempos y se propagará hacia futuros planos más esperanzadores, porque J. M., ante todo es un ser espiritual y religioso.
Recomiendo su lectura tanto a simpatizantes como a escépticos y detractores, porque a todos les va a mover de algún modo la aguja literaria.